Nuestra jornada de huelga empezó solidarizándose con Tania, compañera que está sufriendo represalias en la UNED por su actividad sindical de denuncia. Así, hacia las 8.30h. nos concentrábamos frente a las puertas del rectorado una quincena de militantes de nuestro sindicato para denunciar las miserias de una universidad que imparte seminarios sobre la violencia hacia las mujeres, como el que nos servía de excusa para llevar hasta la universidad nuestras protestas, mientras acosa a una compañera (aprovechando que está embarazada) por su actividad sindical. Esta política laboral vomitiva de una universidad pública está siendo denunciada (para más información pincha aquí) por nuestros compañeros/as de la UNED y, por ello, repartimos octavillas a todos los asistentes y ponentes a su entrada al edificio mientras informábamos a los viandantes camino de su trabajo. No cesó el megáfono de denunciar la situación hasta que ya pasadas las 9.30h., momento en el cual recogimos las cosas al cesar la entrada de asistentes al seminario hipócrita.
Debían ser cerca de las 11h cuando nos unimos en Ciudad Universitaria a la marcha convocada por las asambleas de la UCM en su camino hacia el rectorado. Al incorporarnos desplegamos una pancarta que denunciaba los recortes en la Universidad Complutense y las políticas laborales que tan en entredicho dejan la supuesta progresía del rector. A la cola de la manifestación compuesta por unos 350 estudiantes llegamos al rectorado donde se realizó un breve acto de protesta en defensa de la universidad pública frente a la cada vez mayor presencia de la empresa privada. Una vez finalizado el acto quedamos una veintena de concentrados entre militantes de CNT Enseñanza y algunos solidarios de diferentes colectivos libertarios que coreamos diferentes consignas contra el despido de una compañera y la más que cuestionable ética rectoral. Mientras, los seguratas nos vigilaban atentamente mientras estaban a punto de llegar al encefalograma plano.
Cuando llegaron las 13 horas decidimos abandonar el rectorado para reponer fuerzas antes de la jornada vespertina de protestas que comenzaría a las 17 horas en Nuevos Ministerios. Allí nos unimos a los 3 ó 4.000 manifestantes formando un pequeño bloque negro junto a algunos militantes de la FEL y la FIJA. Ocupando los carriles del lateral derecho del Paseo de la Castellana, la manifestación transcurrió sin incidentes reseñables entre un tropel de lecheras que nos escoltaban muy de cerca.
Cerca de una hora y pico después llegamos a Cibeles donde ya un número considerable de manifestantes circulaban camino de Sol pese a que curiosamente la cabecera de los sindicatos subvencionados estaba muy detrás, no llegando hasta Cibeles hasta después de 10 o 15 minutos. Curiosamente la cabecera estaba formada por unos 300 “sindicalistas” que circulaban solos a cien metros de distancia por delante y otros ciento y pico por detrás del resto de manifestantes que volvieron a ser una cantidad enorme cercana a los 40.000. En esos momentos ya se conocían las primeras cifras del seguimiento de la huelga de las cuales se pueden consultar los resultados gracias a la web de la plataforma Soy Pública: http://soypublica.wordpress.com/2011/11/17/recopilacion-de-datos-sobre-el-seguimiento-de-la-huelga/
Dejando pasar por delante a las barrigas agradecidas del sindicalismo subvencionado mayoritario nos pusimos en marcha a una distancia prudencial repartiendo nuestra octavilla llamando a intensificar las luchas y recuperar la huelga indefinida en la enseñanza no universitaria. Al llegar a la altura del teatro Alcázar presenciamos los pitidos de una pequeña cantidad de asistentes al mitin del “sindicalismo” oficial del reino, lo cual, por nuestra naturaleza solidaria, nos empujó a unirnos a los críticos empezando a corear consignas contra la nula combatibidad de estas organizaciones sindicales y su ética poco ejemplar. Después de unos minutos de tensión un bloque numeroso de manifestantes se dirigió a la Puerta del Sol que tras atravesar la calle Preciados llegó a la Gran Vía entre cánticos en favor de una lucha anticapitalista contra los recortes. Las cerca de 500 personas que bajaron por la Gran Vía decidieron atravesar Alcalá para, callejeando, llegar hasta el Congreso de los Diputados. Nada más llegar a la Carrera de San Jerónimo unos 200 manifestantes se subieron a las escaleras de esa guarida de rufianes para corear que no nos representan. Seguían muchos manifestantes por las estrechas calles adyacentes cuando llegaron varias furgonetas azules de las que salieron un número considerable de violentos hombres uniformados con porras y escudos repartiendo hostias a la gente que estaba subida en las escaleras y por los alrededores del Congreso. La marcha pacífica (pese a las mentiras que hablan de lanzamiento de piedras) fue convertida por los violentos uniformados en una carrera en la que la gente corría y ellos perseguían (pincha aquí para ver vídeo). Al final consiguieron completar su media docena de detenidos como aviso y escarnio de aquellos que se atreven a protestar contra las miserias de la democracia. Mientras los delincuentes conocidos por todos están en despachos de parlamentos, instituciones, bancos y empresas transnacionales, la gente que alza su voz mínimamente más allá de lo establecido sufre represión y encierro.
Vaya nuestra solidaridad para los detenidos. La represión solo refuerza nuestra convicción de la necesidad de destruir los pilares de la sociedad democrática parlamentaria, es decir, el binomio estado-capitalismo, ese sistema político basado en la explotación y el sometimiento del hombre por el hombre.
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