El gobierno de Gran Bretaña introdujo un programa de salvajes
recortes en el estado del bienestar. Los recortes son parte de una
amplia ofensiva gubernamental contra las condiciones de vida de los
trabajadores, con ataques a todo un rango de prestaciones. El programa
de recortes del gobierno no trata simplemente de reducir la cantidad de
gastos estatales en bienestar, el propósito es también forzar a los
parados a aceptar empleos con salarios más y más bajos con lo que, a
cambio, se hunden los salarios de todos los trabajadores.
Como parte del programa de recortes, el gobierno introdujo el llamado
esquema de “Workfare” bajo el cual los desempleados se ven forzados a
trabajar gratis hasta seis meses o enfrentarse a que se les recorten las
prestaciones, sin garantía de trabajo fijo al final. No hace falta
decir que las empresas se dieron prisa a la hora de sacar provecho de
aquello que significaba mano de obra gratuita y comenzaron a tomar un
número cada vez mayor de gente bajo el esquema de workfare.
El gobierno afirmaba que el workfare ayudaría a los parados a
encontrar empleos permanentes, pero dado que aumentaba el número de
personas arrastradas a trabajar por nada, enseguida quedó claro que esto
no iba a pasar nunca. Los trabajadores que fueron contratados bajo el
esquema de workfare nunca fueron hechos fijos; más bien, una vez que su
tiempo bajo el esquema había pasado, las empresas simplemente se
libraban de ellos para reclutar un nuevo grupo de trabajadores en
workfare. Después de todo ¡¡ ¿por qué pagar trabajadores cuando los
puedes tener gratis?!!
Más adelante se hizo enseguida evidente que el esquema workfare
estaba, de hecho, aumentando el paro. En vez de llenar las nuevas
vacantes con trabajadores pagados, las empresas comenzaron a tomar
trabajadores sin salario bajo el esquema de workfare. También estaba la
preocupación de que los empresarios comenzaran a despedir trabajadores y
sustituirlos por trabajadores no remunerados reclutados en workfare.
Unida a esto, la realidad de que disponer de una gran masas de
trabajadores forzados a trabajar por nada actúa como una presión a la
baja sobre los salarios en conjunto. El miedo a ser sustituido por un
trabajador no remunerado presiona a los trabajadores para que no
demanden un aumento de salario. Esto ha llevado a un momento en que el
valor real de la paga de los trabajadores en Gran Bretaña está
decreciendo a unos valores no vistos desde la depresión de los años 30.
Es importante entender, pues, que el workfare afecta al total de la
clase trabajadora y no solamente a los parados.
Desde que se anunció por primera vez el esquema workfare, ha habido
una campaña general contra el workfare apoyada por la Solidarity
Federation, pero sentíamos que esta campaña carecía de dirección hasta
cierto punto. También estaba la preocupación de que era demasiado
política en el sentido de que estaba demasiado focalizada en presionar
al gobierno para que dejara el workfare. A principios de 2012, la
Solidarity Federation decidió lanzar una campaña orientada en un sentido
más económico, que usara la táctica de la acción directa para
confrontar a las empresas que realmente estaban consiguiendo aumentar
sus beneficios a base del workfare. Nuestra estrategia era la de
seleccionar una empresa concreta y después hacerla blanco de piquetes
coordinados a nivel nacional, bloqueos de comunicaciones, etc., hasta
que declinaran del programa de workfare. Después pasaríamos a otra
empresa y repetiríamos el proceso. La esperanza es la de poder forzar a
un número cada vez mayor de empresas a dejarlo, creando un efecto dominó
que mine y desacredite totalmente el esquema workfare del gobierno.
Al tener una campaña más enfocada, dirigida a una empresa cada vez,
basada en la acción directa, la Solidarity Federation confiaba también
en atraer a ella a otros grupos e individuos.
La primera empresa que decidimos abordar para la campaña contra el
workfare era una compañía llamada Holland and Barret. Esta empresa vende
productos sanitarios y tiene tiendas en la mayoría de las ciudades y
pueblos de Gran Bretaña. Elegimos Holland y Barret debido al nivel en
que planeaban hacer uso del esquema workfare. A principios de 2012
Holland and Barret habían anunciado que iban a tomar 1000 trabajadores
no remunerados bajo el esquema de workfare. ¡¡Con una plantilla de
solamente unas 3 500 personas, esto habría significado casi una cuarta
parte de su personal en workfare!!
Se decidió lanzar la campaña contra el workfare como parte de los
Días de Acción de la AIT que tuvieron lugar en marzo, a principios de
este año. El plan era repartir panfletos entre los trabajadores los dos
días anteriores al piquete a nivel nacional ante las tiendas de Holland
and Barret el 31 de marzo. El día de acción demostró ser un éxito
tremendo con piquetes en Holland and Barret y en otras empresas que
usaban el workfare en más de 20 ciudades y pueblos de Gran Bretaña. Los
piquetes contaron no solamente con el apoyo de otros anarquistas, sino
también con grupos que protestaban por los recortes.
Después del 31 de marzo, la Solidarity Federation mantuvo la campaña a
base de piquetes regulares en las tiendas de Holland and Barret. Estos
piquetes constantes presionaron a Holland and Barret, una empresa que
intenta promocionarse como “ética y que se preocupa” basándose en que
venden productos de salud. Como resultado de la campaña la empresa
recibió numerosas quejas sobre uso del workfare por parte de compradores
enfadados y tenían a los clientes bombardeando regularmente con quejas
sus cuentas de Twitter y Facebook.
La presión sostenida demostró eventualmente ser demasiada y el 5 de
julio, Holland and Barret declararon dar un paso atrás, su página
oficial de Facebook anunciaba que “las personas que, en la actualidad,
se encuentran dentro del esquema de experiencia laboral serán las
últimas en completar el contrato de ocho semanas. Después de esto,
Holland and Barret no continuará participando en ese esquema”. Ahora
Holland and Barret intenta sustituir los empleos no remunerados del
workfare por un esquema de aprendices asalariados.
Este anuncio es otro golpe al esquema de Workfare del gobierno, ya
bajo presión debido a un número cada vez mayor de empresas que rehúsan
participar en el esquema por miedo a la mala publicidad. La Solidarity
Federation espera ahora construir a base de este éxito sobre Holland and
Barret, moviéndose ahora para abordar a otra empresa. Ha habido cierta
discusión sobre elegir a Pizza Hut, una empresa con una cadena de
franquicias a nivel nacional. Pero cuando la Solidarity Federation
contactó a la empresa, ellos respondieron declarando que ya no usan el
esquema de workfare del gobierno, una afirmación que la Solidarity
Federation está ahora investigando.
Si se demuestra cierta, la SF se moverá para abordar a otra empresa.
Mientras tanto, la Solidarity Federation continuará apoyando la
creciente campaña contra el workfare hasta que el esquema sea retirado y
las empresas ya no puedan tratar a los trabajadores como mano de obra
esclava no remunerada.
www.iwa-ait.org
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