Picture: German police in action in Frankfurt/Main at March 31
En el marco del día de
acción contra el capitalismo, el 31 de marzo de 2012 hubo
concentraciones y manifestaciones en unas 40 ciudades de Europa.
Estas acciones son el comienzo de una red internacional de contactos
del movimiento antiautoritario contra la actual política de recortes
de la Unión Europea (UE). El objetivo común es una sociedad libre
en la que todos y todas podamos participar. La base para ésta es una
economía en la que todos se puedan beneficiar y no una riqueza en
manos de unos pocos, y pobreza, miedo a vivir y acoso laboral para
muchos. Para ello se han puesto en marcha decenas de miles de
personas el 31 de marzo en más de 40 ciudades europeas.
Sólo en Frankfurt
participaron unas 6 mil personas en una manifestación bajo el lema
“El capitalismo es la crisis”. Durante el acto se leyeron
comunicados que hacían hincapié en que la crisis y el capitalismo
son inseparables. “Se trata de una crisis global y sistémica”,
dijo Torsten Bewernitz (FAU). También mencionó que la relación
entre las luchas en los tajos, en las calles y frente a las sedes del
gobierno será crucial en tiempos venideros.
Puesto que los
gobiernos de la UE y los empresarios buscan quitarse de encima los
costes de la crisis haciendo que recaigan sobre los trabajadores, la
resistencia necesita convertirse en un ejercicio popular del día a
día para lograr pararles los pies. Así es como entendemos el lema
de la manifestación: “Solidaridad. Huelga. Rebelión”.
La manifestación
comenzó en la estación principal de trenes. Fue una marcha ruidosa,
colorida y abierta que se disponía llegar a las obras del nuevo
edificio del Banco Central Europeo (BCE). Además de los grupos y
organizaciones implicados en la preparación de la movilización, un
amplio abanico de personas de distintas ciudades se dieron cita en la
manifestación. Hubo grupos de la izquierda radical, teatro callejero
con zancos y disfraces, militantes críticos de Verdi e IGM, personas
de izquierda de distintas ciudades que no habían estado en una
manifestación desde hacía muchísimos años y muchos trabajadores
de empresas de Frankfurt que se sintieron animados por la
convocatoria y las perspectivas del evento. Muchos de ellos se
quedaron impresionados por el gran número de manifestantes que se
iban sumando. Finalmente, la cifra total fue de unas 6 mil personas.
Tras unos cuantos
discursos y saludar a la acampada del Occupy Movement situada frente
al actual edificio del BCE, se arrojaron unas cuantas bombas de
pintura y se rompieron varias cristaleras del BCE, de otros bancos,
del hotel de lujo Frankfurter Hof, de varias empresas de trabajo
temporal y de otros edificios.
Justo después de una
breve parada en Paulsplatz, cuando la manifestación se disponía a
continuar, las unidades policiales atacaron la retaguardia de la
marcha y la rodearon. Las cerca de 250 personas estuvieron cercadas
durante unas 9 horas con temperaturas cercanas al punto de
congelación y fueron golpeadas por los antidisturbios en repetidas
ocasiones. Las personas retenidas tuvieron que ser atendidas por los
sanitarios de la manifestación que les proporcionaron mantas
térmicas. Dos personas tuvieron que ser hospitalizadas, una con
síntomas de hipotermia. Los sanitarios dieron parte de 130
manifestantes heridos.
Antes esta situación,
el grueso de la manifestación intentó durante más de dos horas
acercarse a los retenidos para romper el cerco. Cuando la
manifestación finalmente optó por marchar al centro de la ciudad,
la policía decidió disolverla. Por tanto, la acciones planeadas
para el nuevo edificio del BCE no fueron posibles. Probablemente
querían evitar imágenes de una fortaleza protegida con armas.
A pesar de la desproporcionada intervención de la policía, el 31 de marzo en Frankfurt fue una clara muestra en contra del capitalismo y el nacionalismo, y por una sociedad en la que la producción esté orientada a las necesidades de las personas. El hecho de que hubiese manifestaciones y marchas desde Ufa en los Urales hasta Oporto en el Atlántico, desde Inverness en las islas británicas pasando por Utrecht y Milán hasta Atenas, desde Moscú pasando por Kiev y Varsovia hasta Badajoz en Extremadura, además de una concentración de apoyo en Nueva York, es una clara señal de perspectivas conjuntas de resistencia a la represión estatal y la explotación capitalista. Estos pequeños esfuerzos necesitan ser fomentados, desarrollados y fortalecidos, y tienen que estar vinculados con otras movilizaciones como se hizo con la huelga general en España.
Desde nuestro punto de vista, el día de acción europeo ha sido un comienzo muy positivo. La masiva participación en una manifestación en Alemania, que rechazaba de forma contundente poner parches al capitalismo, nos da esperanza de futuras movilizaciones. Como anarcosindicalistas sabemos que las manifestaciones no son más que una breve muestra de creciente resistencia. Una resistencia efectiva comienza con la organización en los lugares de explotación: fábricas, oficinas y muchos otros lugares responsables de que navegue el barco del capitalismo. Hasta que nos neguemos todos juntos a remar al ritmo del tambor y comencemos a hacernos a la mar por nuestra cuenta, no seremos más esclavos de galera y marcaremos el rumbo nosotros mismos.
FAU Frankfurt
A pesar de la desproporcionada intervención de la policía, el 31 de marzo en Frankfurt fue una clara muestra en contra del capitalismo y el nacionalismo, y por una sociedad en la que la producción esté orientada a las necesidades de las personas. El hecho de que hubiese manifestaciones y marchas desde Ufa en los Urales hasta Oporto en el Atlántico, desde Inverness en las islas británicas pasando por Utrecht y Milán hasta Atenas, desde Moscú pasando por Kiev y Varsovia hasta Badajoz en Extremadura, además de una concentración de apoyo en Nueva York, es una clara señal de perspectivas conjuntas de resistencia a la represión estatal y la explotación capitalista. Estos pequeños esfuerzos necesitan ser fomentados, desarrollados y fortalecidos, y tienen que estar vinculados con otras movilizaciones como se hizo con la huelga general en España.
Desde nuestro punto de vista, el día de acción europeo ha sido un comienzo muy positivo. La masiva participación en una manifestación en Alemania, que rechazaba de forma contundente poner parches al capitalismo, nos da esperanza de futuras movilizaciones. Como anarcosindicalistas sabemos que las manifestaciones no son más que una breve muestra de creciente resistencia. Una resistencia efectiva comienza con la organización en los lugares de explotación: fábricas, oficinas y muchos otros lugares responsables de que navegue el barco del capitalismo. Hasta que nos neguemos todos juntos a remar al ritmo del tambor y comencemos a hacernos a la mar por nuestra cuenta, no seremos más esclavos de galera y marcaremos el rumbo nosotros mismos.
FAU Frankfurt
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