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Se contó con la presencia de un miembro del comité de empresa, miembro a su vez del sindicato patronal FASGA, quién no sólo eludió cualquier responsabilidad en el despido, sino que afirmó al delegado que tenía “suerte” por concederle la empresa “45 días [de salario por año de servicio], cuando en estos momentos gracias a CCOO y UGT estamos en 33 días”.
Esta situación abre, lógicamente, un conflicto con la CNT, que no terminará sino con la readmisión del Delegado y el fin de la represión sindical. Pero no se va a quedar en el juzgado, claro está, porque para esto ya están los sindicatos mayoritarios. Teniendo en cuenta la actividad de Opencor, una acción de boicot y una campaña de información a sus clientes y consumidores puede causarles un grave perjuicio. Es difícil que se pueda promover actualmente un boicot a una gran empresa que tenga impacto en sus cuentas, pero es posible en el marco de una tenaz y continua lucha. Y si no estuviésemos dispuestos para este tipo de luchas, creemos poder afirmar que no estaríamos en la Confederación Nacional del Trabajo.
Por supuesto que el despido del delegado no va a suponer, ni mucho menos, el fin o la suspensión de la actividad sindical de la sección, sino todo lo contrario. Además, olvidan que tienen delante a un sindicato que tiene en la solidaridad, el apoyo mutuo y la acción directa las más potentes y eficaces herramientas de lucha.
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