En años recientes, British Airways se ha hecho con una reputación de reventar a los sindicatos en su continua disputa con las tripulaciones de cabina. No obstante, su imagen ha seguido empañándose por permitir la deportación forzosa en sus vuelos comerciales, más notablemente cuando, el 12 de octubre de 2010, Jimmy Mubenga fue muerto por tres guardias de seguridad de G4S, mientras estaba siendo deportado en el vuelo 77 de British Airways de Heathrow a Luanda, en Angola.
Desde la muerte de Jimmy Mubenga ha surgido que G4S repetidamente ignoró las advertencias del personal sobre que se estaba usando fuerza potencialmente letal contra los deportados. Dijeron que se advirtió a los ejecutivos sobre una técnica apodada “karaoke de alfombra” que implicaba atar a los deportados en los asientos del avión para silenciarlos. Frustrados porque sus quejas no estaban siendo escuchadas, algunos guardias de G4S decidieron escribir a la policía, a un miembro del Parlamento de la zona y a la Oficina de Interior advirtiendo de los peligros de asfixia postural por causa del uso del “karaoke de alfombra”. También surgió que G4S penalizaba económicamente a los guardias que no eran capaces de contener a los deportados, lo que conllevaba que los pilotos rehusaran permitir viajar a los detenidos.
El gobierno, desde entonces, otorgó el contrato para transportar deportados a otra compañía y G4S todavía puede enfrentarse a cargos corporativos de homicidio involuntario. Pero G4S, el segundo mayor empleador del mundo, a pesar de esta espantosa conducta, sigue estando contratada por el gobierno para encargarse de cuatro cárceles, tres centros de evacuación de inmigrantes y 675 celdas de juzgado y prisión, un contrato por valor de más de 600m de Libras Esterlinas.
Por parte de British Airways, se han quejado repetidamente de que no tienen otra opción, bajo el Acta de Inmigración de 1971, que llevar deportados en sus aviones. Pero esto no tiene sentido. Alitalia y Aerolíneas XL se retiraron, ambas, de las deportaciones UKBA tras haber sido objeto de campañas públicas. Un portavoz de la oficina de interior confirmó también al periódico Independent que ellos solamente contrataban a las aerolíneas que deseaban operar con vuelos de expulsión.
La “aerolínea favorita en el mundo” miente para tapar la verdadera razón –los beneficios masivos a obtener por el transporte de deportados. El año pasado, el gobierno gastó más de 28m de Libras Esterlinas en vuelos que transportaban demandantes de asilo fallidos e inmigrantes “ilegales”. La verdad es que British Airways está deseando obtener beneficios a costa de la miseria humana –simplemente no quiere que la gente lo sepa.
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