Desde el inicio de la llamada transición y la política del consenso que la propició, la situación económica no ha dejado de empeorar para la mayoría de los habitantes de este país. El número de personas en paro no hace más que crecer y pasan ya de los cinco millones. Mientras las familias cada vez sufren más para llegar a fin de mes, los políticos, de uno u otro color, siguen sumisos a los intereses del capitalismo financiero, sin poner en marcha medidas reales que cambien esta situación injusta.
El Gobierno pretende salir de la crisis, sacrificando nuevamente a los más débiles. Han puesto en marcha un plan de recortes que solo afecta a las clases populares. Quieren alargar la edad de jubilación hasta los 67 años, han subido el IVA y otros impuestos indirectos, lo que acarrea subida de precios, han congelado las pensiones, han disminuido las ayudas sociales a mínimos históricos, han bajado un 5% el salario de los trabajadores y trabajadoras del sector público, y facilitan, con la mierda de reforma laboral recién aprobada, las condiciones para que la patronal campe a sus anchas, despidiendo sin casi indemnización ni explicación alguna, y aplicando las condiciones laborales que les venga en gana, rompiendo la negociación colectiva y el acatamiento a los convenios.
Además, los gobiernos, central y autonómico, no dejan de autorizar ERE’s incluso en empresas con total viabilidad, y que están aprovechando la crisis para ajustar plantillas y aumentar, si cabe, sus ya escandalosos beneficios.
Es vergonzoso que mientras millones de personas han perdido sus empleos, y cientos de miles sus viviendas, los bancos, en cambio, hayan ganado 32.000 millones de euros en los supuestos años más duros de la crisis. Beneficios a los que también se suman las compañías eléctricas, energéticas, telefónicas,… y todas aquellas que, teniendo la sartén por el mango, tienen también a su servicio a políticos y sindicalista de la “concertación y el diálogo”, a los que, a base de talón y subvención, han conseguido acallar y domesticar durante todo este tiempo. Aunque igual de vergonzoso resulta el consentimiento moral que buena parte de la sociedad ha dado a todo esto, encogiéndose de hombros ante la paulatina perdida de derechos y el continuo aumento de la corrupción y prevaricación de políticos y sindicalistas oficiales, aceptando y dando por buenas las explicaciones y justificaciones ampliamente difundidas por los voceros del gobierno y el capital: TVs y periódicos del sistema, casi todos, por cierto.
Ahora, ante el deterioro tan grande de la situación, llaman a la Huelga General, obviando su corresponsabilidad y complicidad en la situación alcanzada. Y aunque entendemos el rechazo que en principio su llamamiento pueda producirnos, las consecuencias que provocan la continuidad de las políticas neoliberales de los gobiernos español y vasco son tan devastadoras, que nos exigen hacer algo, tratar de frenarlas.
Pero no nos engañamos, CC.OO. y UGT solo aspiran a volver a las andadas, a recuperar la “mesa de diálogo”, y utilizarán esta jornada para conseguirlo.
Desde la CNT proponemos otra forma de actuar: la lucha por nuestros derechos y nuestra dignidad. Sin subvenciones, sin liberados, sin hipotecas políticas. Por eso, aunque no podemos asegurar a nadie que vayamos a poder tumbar esta reforma, lo que sí podemos afirmar es que nos dejaremos la piel en ello. Llamamos a todos los que quieran formar parte de esta lucha a que acudan a nuestros sindicatos y se organicen en la CNT.
Y también por eso llamamos a la Huelga General el día 29 de septiembre. Para que esa jornada de huelga sirva de detonante de las movilizaciones que l@s trabajador@s tenemos por delante si queremos parar la Reforma Laboral e iniciar el camino para recuperar nuestra dignidad.
10- 14 Horas. Concentración en la Plaza Circular de Bilbao, frente al BBVA.
19 Horas. Manifestación-Mitin en Barakaldo, partiendo de la Plaza Bide Onera.
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